UNA PARED, UN LIENZO
Ante un inmaculado lienzo siento ilusión, curiosidad y en algunos casos incluso vértigo. No os digo lo que se me pasa por el cuerpo al ver una pared que puedo pintar.
Quise darle un toque personal a algunas habitaciones de mi casa y me decidí a pintarlas. A fin de cuentas es mi casa y si quedaba mal siempre podía volver a pintarla, así que jugaba sin presiones.
La primera vez me decante por algo sencillo ya que impone bastante la amplitud de un muro.
Quedó muy chulo y entonces perdí el miedo a espacios tan amplios, aunque les tengo mucho respeto.
Como me gusta mucho la temática de la naturaleza me decante por un árbol con movimiento. Lo hice en una habitación que más adelante la decore con palets.
Lo pinte en tiempo record para darle una sorpresa a mi marido y quedó encantado.
Lo que no me esperaba es que gustará tanto para que me dieran la oportunidad de pintar otros murales en diferentes casas. Implica más presión y respeto pero también mucho cariño
También lo intenté con un muro de hormigón aunque si me lo habría tomado con más calma seguramente habría quedado mejor.
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