ALAS :
De mi cuerpo crecieron dos hermosas y tupidas alas de plumas blancas como la nieve,
suaves y ligeras como las nubes. Con ellas alcé el vuelo para surcar los cielos bajo el sol primaveral del amanecer, sintiendo en mi rostro el frío y liviano viento procedente de los picos nevados. Desde lo alto, pude contemplar la belleza de esta tierra que es Navarra, con sus bravos ríos que desgastan la dura piedra para crear gargantas y valles verdes en las faldas de los Pirineos, con sus embalses y lagunas, que sacian la sed de innumerable y variable fauna, con sus pequeñas urbes y pueblos de piedra, donde la magia y la historia se esconde en cada rincón y donde existe un desierto sin arena pero de una belleza extrema rodeado de campos con espigas doradas.
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