miércoles, 18 de octubre de 2017

EL PUENTE

EL PUENTE 

Había una vez, hace mucho tiempo, tal vez cientos de años, un muchacho que vivía en una pequeña tribu escondida en un precioso bosque a los pies de los Pirineos. 
Era un joven inteligente y fuerte pero la mayor parte del tiempo se sentía incomprendido y confuso, pues  también era curioso y tenía la necesidad de explorar más allá de los límites que la tribu había impuesto . 

A menudo recorría el bosque hasta las fronteras, allí se quedaba acurrucado intentando averiguar qué habría tras la espesura del bosque. Nunca se atrevió a sobrepasar los límites, ya que las historias y leyendas que contaban los más mayores, incluían seres crueles y malvados que no dudarían en arrebatarle su preciada vida, además, el miedo que tenía a perder la protección y el calor de su hogar si desobedecía las leyes, era más fuerte que su curiosidad.

Hasta que un día, encontró el valor suficiente para enfrentarse a lo desconocido y  adrentarse en una parte del bosque alejada y deshabitada.
Cada sonido ponía en tensión todos los músculos de su cuerpo, sus ojos abiertos parecían que se salían de las órbitas y su corazón intentaba salir de su pecho en cada latido, pero él no se amedrentó, siguió dando pequeños y seguros pasos que le llevaron al borde de una inmensa y profunda garganta por donde transcurría un feroz río.

Allí se quedó como tantas otras veces había hecho en los límites del territorio de su segura aldea. Acurrucado y pensativo, quería ver qué había más allá de la garganta, había llegado tan lejos que no quería parar. 

Entonces tomó la decisión de volver a su casa para contar lo qué había visto, a pesar de la decepción que sentirían sus seres queridos y de las consecuencias que sus actos le conllevarían.

Todos los habitantes de la pequeña tribu le miraron atónitos y tan sólo el más anciano y sabio se acercó lentamente al joven, a la vez que una sonrisa de profundo orgullo se reflejaba en su cara y acto seguido le dió una leve palmada en la espalda. 
Allí mismo, delante de todos, el viejo sabio contó cómo su familia había guardado un gran secreto generación tras generación, lo cierto es que más allá de los límites impuestos no había ningún ser infernal, ni peligroso, tan sólo se esperaba que un día apareciera alguien tan valiente e inteligente que fuera capaz de desafiar las normas y leyes pero tan juicioso que también  fuera capaz de asumir las consecuencias.

Y fue así como, gracias al joven muchacho, todos los que quisieron pudieron salir de su pequeña jaula dorada y construir juntos un gran puente colgante que les llevara más allá de la profunda garganta y de sus sueños pero que también les ayudaría a regresar a la seguridad de su querido hogar más sabios e instruidos . 



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