LA FLOR QUE QUISO SER ÁRBOL
Hubo una vez una pequeña flor que quiso ser un gran árbol y durante un largo y frío invierno se escondió bajo la tierra junto a las raíces de un joven roble, esperando la oportunidad para colarse en su duro tronco.
Hizo un gran esfuerzo por no nacer a lo largo de la primavera y al llegar el verano creció dentro de la dura y prieta madera, sin contar que su llegada sería también el final del Roble cortado por el hombre que se calentaría con su madera el siguiente invierno
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