lunes, 13 de mayo de 2019

BESTIA Y BELLA



BESTIA Y BELLA


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De madrugada, con el pelo enmarañado, los ojos hinchados y un sabor amargo en sus labios, Cayetana regresa del mundo de los sueños. Junto a ella duerme su único amor, pero también el monstruo de sus pesadillas más reales. Escucha su tranquila respiración, lenta, rítmica, profunda, con la calma que ella merece, pero no consigue alcanzar. Sus manos le han dado las más tiernas caricias, los abrazos más sinceros, pero también los golpes más certeros donde nadie más que él puede ver. Sus labios le han regalado los besos más dulces, las palabras más hermosas, pero también le han castigado, le han humillado y le han herido el corazón, donde nadie más que ella puede sentir.

Cansada, está tan cansada y dolorida que desearía dormir una eternidad.  Observa por última vez el hermoso rostro de su tirano protector y le premia con un beso, por todos los buenos momentos, anhela los tiempos pasados, en los que aquel hombre era sosegado y alegre. Se acurruca junto a él pensando como podría ayudarle y se duerme profundamente abrazada a sus recuerdos más bonitos.

Amanece y Francisco se despierta lentamente, descubriendo como Cayetana le abraza, dormida, demasiado dormida. Con leves movimientos se aparta de ella intentando no despertarla y toma unos segundos para ver el rostro de porcelana de la mujer que aún lo ama. Acerca sus labios a la blanca mejilla de su princesa y nota un escalofrío por todo el cuerpo. Sigiloso deja la habitación, se viste y sale a correr como cada mañana, intentando olvidar los insultos y los golpes que su mujer no merecía la tarde anterior. Era la primera y única vez que se sentía culpable y en un momento dado, echando la vista atras se da cuenta de la bestia monstruosa en el que se había convertido. Exhausto por sus pensamientos se sienta en un banco y rompe a llorar por su maravillosa Cayetana y decide que jamás volverá a hacerle daño, se jura a si mismo buscar la ayuda necesaria para matar a su demonio interno.
Cayetana yace en la cama, donde su deseo se ha hecho realidad, dormida, demasiado dormida, muerta para la eternidad a causa de los golpes recibidos, mientras su asesino, su querido Francisco, regresa sintiéndose un nuevo hombre al que le espera la mejor de las vidas junto a la mujer más bella y noble.

 NI UNA MENOS

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