martes, 14 de abril de 2020

UNA VENTANA AL MUNDO


UN VENTANA AL MUNDO


Desde una ventana veo el tiempo pasar,
días perdidos, días ganados,
todos iguales, todos distintos.
 Lentos amaneceres,
grises, lluviosos o soleados,
 incitadores de libertad.

El suave y dulce olor de las lilas ya florecidas se cuela por mi ventana
entre el silencio enfermizo de un mundo inmovilizado
y el alegre parloteo de las golondrinas que ya regresaron.

 Recluida o resguardada,
escudada tras unos cristales,
invernando,
 mientras otros luchan desabrigados en un frente de batalla higienizado,
 intentando salvar a madres, padres, hijos y amigos.
 Muchos se han quedado en el camino,
todos con nombre y apellido,
 con una historia,
todos con una vida que se ha perdido.

Es la ocasión de valorar lo que tuvimos
en los pequeños momentos de una jornada corriente,
en los besos, los abrazos y las discusiones de un día normal.

Yo sigo aquí,
resistiré hasta que todo pase,
mientras veo como el jilguero aletea libremente sus alas
y canta en el alfeizar de mi ventana.

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